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ARGELIA DA UNA LECCIÓN DE LEALTAD AL GOBIERNO SOCIALISTA DE SÁNCHEZ + 🎥 VIDEO

por: Salamu Hamudi Bachri, Periodista.

No huirán (por ahora) a Marruecos En las pasadas últimas horas el Gobierno español ha sufrido, quizás, el mayor vértigo en política internacional en décadas. Un solo rugido, sin mucho aspaviento, con un solo amago, Argelia ha demostrado cuán es desleal, poco fiable y débil el actual Gobierno español socialista de Pedro Sánchez. Un Gobierno sin farol y sin rumbo, que incluso, tres meses después, es incapaz de convencer sobre su desacertado e ilegal giro sobre el Sahara Occidental. Con una constante huida hace adelante, pero donde en cada paso, en cada escena; hay huellas, olor a chantaje, espionaje y sello de Marruecos. Un callejón sin salida, que solo en el imaginario de Sánchez y su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quieren hacernos creer que tiene salida. Que los molinos de vientos son gigantes. Que no tenemos un dedo de frente. Que todo es legal y no hay trueques ni ventas. Argelia, Estado serio y comprometido, no juega con fuego. Pero si se le muerde, también sabe jugarse sus cartas. Sin embargo, el Gobierno español, decidido practicar un harakiri diplomático, suspendió su cita con Biden, y es mucho decir, y corrió en auxilio a los brazos del primo Zumosol de la Unión Europea. Y esta, tan ninguneada y desnortada últimamente, se precipitó en creerse las exageradas e injustificables lágrimas de cocodrilo de España, derramadas por el señor Albares. ‘Nos van a cortar el gas’. ‘Argelia viola los acuerdos’. ‘No hemos hecho nada a Argelia’. ‘No forma parte del conflicto’. Eran algunas de las frases de socorro de un envalentonado ministro, mientras le temblaban las rodillas. Y Argelia, aclaró y convenció. Pero Argelia no es Marruecos. Y Argelia tampoco es España. Y lejos de amenazas, sobreactuaciones y volantazos, Argelia, que probó la miel y la hiel de la vida, tendrá la última palabra. Mientras tanto, Albares y su presidente, aún suspiran y siguen secando el sudor con pañuelos de plañideras, mientras se recuperan del tembleque, retrasan, por ahora, su billete a Marruecos, donde les esperan, con alfombra roja y cheques en blanco, dos capos en el ambiente: Zapatero y Moratinos. Porque al final todo esto es un juego, donde España, y su prestigio, están expuestos a la venta en una almoneda en algún palacio del Sultán. Y curándonos en salud, los saharauis, seguiremos firme y sin mirar hacia atrás. Nadie dijo que la libertad es fácil ni la lucha es corta.

por: Salamu Hamudi Bachri, Periodista.

 

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